ACTUALIDAD DE LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO

KABILA O LA PERSECUCIÓN DEL PODER

(Mundo Negro, nº 620, Octubre de 2016).

La situación se complica en República Democrática del Congo (RDC) por los enfrentamientos abiertos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, que exigen al presidente Joseph Kabila que ceda en su intento de continuar en el poder. Actualmente la sensación que hay es que la violencia podría desbocarse. Las marchas de los últimos días habría acabado con más de un centenar de muertos (según la oposición) o 32 (en cifras del gobierno). Lo cierto es que más allá del baile de números y de las discusiones sobre quién empezó primero, en las últimas semanas se han multiplicado las denuncias por las detenciones de opositores y periodistas en distintas partes del país.

Varias fuentes han dado cuenta de desapariciones, espionajes y arrestos. Amnistía Internacional y otros grupos han mencionado la "sistemática represión" de aquellos que piden que el presidente Kabila deje el mando al final de su término presidencial, que expira el próximo 20 de diciembre. Desde Kinshasa, fuentes anónimas han señalado a Mundo Negro que el poder ha demostrado estar dispuesto a todo, incluso a masacrar a su gente para perpetuarse.

Kabila llegó al poder en 2001 en sustitución de su padre, que había sido asesinado. Desde entonces ha extendido su mandato gracias a dos procesos electorales, en 2006 y en 2011, y la Constitución no le permite prolongar más su presidencia.

En 2014, Kabila ya dio señales de querer seguir en el cargo tras anunciar la elaboración de un nuevo censo y comenzar a aducir problemas organizativos para justificar un posible retraso electoral.En mayo de este año, el Tribunal Constitucional resolvió que Kabila podía seguir siendo presidente si el gobierno no había convocado las elecciones en plazo establecido, lo que aumentó el malestar entre la oposición. Desde entonces Kabila ha mantenido un diálogo nacional -más bien un monólogo, segun fuentes combonianas en el país- con representantes civiles y algunas fuerzas de la oposición. La mayoría de estos grupos boicoteó, no obstante, un proceso que consideran una trampa. La Conferencia Episcopal congoleña, que ha tomado parte activa en el diálogo, anunció a mediados de septiembre que suspendía su participación en ese maroc, condicionando su regreso a la exclusión de Kabila en unas próximas elecciones que se tendrían que celebrar "tan pronto como fuera posible".

La Unión Africana parece ver con buenos ojos un aplazamiento electoral supeditado a la formación de un gobierno de transición. Grupos presentes en el diálogo nacional podrían aceptarlo, siempre que no estuviera presidido por Kabila. En estos momentos el diálogo está paralizado por los enfrentamientos en la calle. Si se confirma el calendario de la Comisión Electoral Nacional, que supedita la convocatoria de elecciones a la consecución del censo electoral, las votaciones no se celebrarán hasta bien entrado el año próximo. La oposición, tradicionalmente dispersa en RDC, pero unida ahora bajo un paraguas denominado Rassemblement (Asamblea o Agrupación), está determinada a impedir que Kabila prorrogue los 15 años que lleva como presidente.